Con la llegada del mes de marzo se inicia una de las ligas más igualadas del mundo en los últimos años, la J-League japonesa.
La mejor liga de Asia arranca solo siete días después de la apertura
oficial de la temporada anual con la Supercopa, conquistada por segunda
vez consecutiva por el vigente rey del campeonato de la regularidad,
Sanfrecce Hiroshima, el pasado 22 de febrero (2-0 sobre Yokohama
Marinos). El fútbol japonés inicia el 2014 asumiendo que perdió una
lujosa forma de promocionar su fútbol a nivel internacional: el campeón
local no jugará por el hecho de serlo el Mundial de Clubes como ya
sucedió este pasado 2013 y por lo menos un año más (se ignora qué
ocurrirá desde 2015). Durante el invierno se han dado las cada vez más
habituales exportaciones de jugadores japoneses talentosos a Europa,
causando bajas clave a los clubes que pelearán por levantar el título
liguero en los próximos 9 meses (de marzo a diciembre). Sin embargo, por
primera vez en muchos años, la noticia de mercado ha sido un fichaje,
pues este curso es el primero de la ‘Era Diego Forlán’.
Para exponer la igualdad mencionada
anteriormente y darse cuenta de que la “grandeza” de un club japonés
está relacionada de forma primordial y casi única con su historia y masa
de aficionados, basta con repasar lo ocurrido en las últimas ediciones.
La edición de 2010 la ganó el 9º clasificado del año anterior (Nagoya
Grampus), la de 2011 la ganó el campeón de la J.League 2 de 2010
(Kashiwa Reysol), la de 2012 fue ganada por Sanfrecce Hiroshima (7º
curso antes) y la última, finalizada en diciembre 2013, repitió campeón
en el último suspiro, pues el campeonato tuvo a los seis primeros
clasificados en apenas cinco puntos y todo se decidió a falta de un
cuarto de hora. Además, como demostró Gamba Osaka (campeón asiático hace
poco) hace dos cursos o Jubilo Iwata el año pasado (ganador de tres
títulos ligueros hace unos años), equipos grandes e incluso con éxitos
continentales-mundiales no están exentos de perder la categoría si hacen
malas temporadas, algo impensable en Europa.
Sanfrecce Hiroshima:
